Según la Organización Mundial de la Salud el asma es una enfermedad crónica, la más frecuente en niños, caracterizada por una inflamación del revestimiento de los bronquios lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias (broncoconstricción) y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.
Se calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma repartidos por todos los países independientemente de su grado de desarrollo, aunque el 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos.
Los principales factores de riesgo son la exposición a alérgenos como los ácaros del polvo, la caspa de los animales, el polen, la contaminación, el humo del tabaco y los irritantes químicos. Además, entre los desencadenantes del asma se encuentran el aire frío, las emociones intensas y el ejercicio físico.
No obstante, y al respecto del ejercicio físico y asma, la revisión de Pedersen and Saltin (2015) reconoce que puede ser un problema particular para los asmáticos ya que puede provocar broncoconstricción, aunque también es cierto que el ejercicio físico regular es importante en la rehabilitación de los pacientes con asma.
Esto es debido a que se ha demostrado que el entrenamiento físico mejora el estatus cardiopulmonar y tiene un efecto positivo psico-social y en la calidad de vida por su efecto sobre los músculos y el corazón. Una hipótesis común es que el ejercicio reduce las respiraciones por minuto durante el esfuerzo por lo que reduciría el riesgo de ataque asmático durante la práctica deportiva; esto es posible ya que el entrenamiento físico induce un efecto anti-inflamatorio en los pulmones.
La recomendación para asmáticos sería comenzar el entrenamiento con un calentamiento de baja intensidad e ir incrementándola gradualmente para, después de 1-2 meses, entrenar al menos 3 veces por semana. Incluso, con la progresión adecuada, es posible que los adultos asmáticos participen en entrenamientos de alta intensidad.
Bibliografía:
- Pedersen, B. K., & Saltin, B. (2015). Exercise as medicine–evidence for prescribing exercise as therapy in 26 different chronic diseases. Scandinavian journal of medicine & science in sports, 25(S3), 1-72.
- Organización Mundial de la Salud. Enfermedades respiratorias crónicas. Asma. Recuperado de http://www.who.int/respiratory/asthma/es/